José María Lima, poeta, profesor de matemáticas y marxista, nació en Ceiba (n. 1934-2009 ), lugar sobre el cual comenta: “Lo que más me marcó es que mis antepasados (…) eran dueños de los terrenos de Roosevelt Roads, y me los quitaron”. Crece en el núcleo de una familia evangélica, pero se considera ateo. Estudió ciencias naturales y teatro en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, junto a Victoria Espinosa, Elín Ortiz, Jacobo Morales y Luis Rafael Sánchez. Se educó también como artista plástico con el pintor surrealista Eugenio Granell. Dicen que se reunía con artistas tales como Rafael Alberty “El Boquio” y Rafael Trelles, con quienes jugaba a los cadáveres exquisitos, ejercicio que popularizó la escuela de André Bretón. Con firme vocación artística, comienza a inclinarse hacia el cubismo. Sus ilustraciones incluyen “entidades unicelulares, de figuras humanas a medio camino entre la ameba y el protozoario”.Cabe señalar que, posteriormente, varios de los trabajos realizados durante este periodo pasarían a ilustrar el texto publicado en el 1982, y editado por Joserramón Melendes.
En el 1954, publica sus primeros poemas en la revista Universidad, a cargo de Juan Ramón Jiménez, quien le escribe las líneas que luego fungen como epígrafe al poemario: “José María Lima, es usted un verdadero poeta, y me alegro de haberlo sabido por mí mismo”. Del 1958 al ‘62, se destaca como prosista del diario El Mundo. Durante esta época, partió para Estados Unidos, donde realizó un año de estudios en arquitectura, otra de sus pasiones, en Harvard, pero se traslada a Berkeley, finalizando estudios de maestría en matemáticas.
Cuando en el 1963 el Gobierno norteamericano prohíbe los viajes a Cuba, la Federación de Estudiantes Cubanos invita a todos los estudiantes norteamericanos que quieran ir, y Lima fue uno de ellos. Uno, entre 57 reclutados en toda la nación. “La cuestión era desafiar la ley”, explica el poeta.
Regresó a Puerto Rico y, en palabras de Jan Martínez, “se hace noticia y disidencia”. A mediados de la década del 60, comienza la persecución política en contra de Lima, documentada por fotoperiodistas de El Mundo, periódico en el cual Lima publicaba literatura regularmente. Víctima de ataques y protestas universitarias por parte de la organización Universitarios Pro Estadidad (UPE), comenta en entrevista con Rafael Acevedo: “Fue una presión tremenda del 63 al 66”.
Activo en recitales de la escena cultural del sesenta, publica con la poeta Ángela María Dávila, su esposa en aquel entonces, el poemario Homenaje al ombligo. Este libro híbrido, con ilustraciones y poemas de ambos escritores, fue una edición muy singular de tan solo 150 ejemplares.
Como pieza casi mítica en los anales de las librerías de segunda mano del país, el texto, que honra la filosofía de Mallarmé relacionada con la noción del libro como pieza artística, marca el estilo que prevalecerá en las publicaciones del escritor.
En la década del 70, Lima se desempeñaba como profesor de matemáticas de la Universidad de Puerto Rico. En 1982, se publica por primera vez el texto que presenta la obra poética de 30 años del autor. Joserramón Melendes se dio a la tarea de editar la obra de José María Lima, inédita durante treinta años. La sílaba en la piel (Qease, Río Piedras) es el producto de este trabajo editorial, con textos y dibujos de Lima de entre las décadas del 50 al 80. En 1996, en entrevista con el periódico Claridad, el poeta afirma ser “maniaco-depresivo, bipolar. Pero no surrealista”, cuando el periodista lo exhorta a que señale “alguna otra cosa vital”. En el 2001, Cuadernos La Torre, de la editorial de la Universidad de Puerto Rico, publica Rendijas, libro que recoge una muestra considerable de la obra de José María Lima, incluyendo sus trabajos más recientes: Poemas de la muerte y Penúltimos poemas.